Consiste en reducir el tamaño del estómago, creando una pequeña bolsa en la parte superior que actúa como el nuevo estómago, lo que limita la cantidad de comida que se puede ingerir. Además, se redirige el intestino delgado para que los alimentos pasen directamente a una porción más avanzada, lo que reduce la absorción de calorías y nutrientes.

Se retira entre un 70% y 80% del estómago, dejando un estómago más pequeño y tubular. Esto disminuye su capacidad y, por lo tanto, la cantidad de comida que se puede consumir. También se reduce la producción de hormonas que generan el hambre, lo que hace que la persona sienta menos apetito.

Este procedimiento no solo facilita la pérdida de peso, sino que también mejora o resuelve enfermedades relacionadas con la obesidad, como la diabetes tipo 2 y la hipertensión.